“Las palabras también son resistencia: escritoras frente a la violencia de género”
La violencia de género no siempre comienza con un golpe. A veces nace en un comentario aparentemente inocente; en una puerta cerrada con demasiado ruido; en una noche donde el silencio pesa más de la cuenta. Y, aunque muchas veces se viva a solas, lo cierto es que no es un hecho aislado, sino un eco que atraviesa generaciones, culturas, fronteras y épocas.
La literatura ha sido testigo de ello. A lo largo de la historia, muchas escritoras transformaron el dolor en palabra, la injusticia en poesía y el silencio en denuncia.
Hoy sus voces siguen siendo un refugio y una rebelión frente a la violencia de género. Porque escribir también es un acto de resistencia. Ellas hablaron, aunque el mundo quisiera callarlas.
1. Virginia Woolf: la mente libre frente al cerrojo
La brillante escritora británica Virginia Woolf (1882–1941) vivió marcada por la fragilidad emocional, el abuso y la opresión social que pesaba sobre las mujeres de su tiempo.
Vivió violencia psicológica y sexual en su infancia, además de la represión por ser mujer y escritora.
En su ensayo “Una habitación propia”, reivindica el derecho de las mujeres a tener espacio, independencia y voz propia. Su escritura fue un grito silencioso por la libertad intelectual.
“No hay barrera, cerradura ni cerrojo que puedas imponer a la libertad de mi mente.”
2. Sor Juana Inés de la Cruz: el conocimiento como rebeldía
En el siglo XVII, Sor Juana Inés de la Cruz (1651–1695) desafió al poder patriarcal desde el corazón del virreinato mexicano.
Intelectual, poeta y monja, luchó contra la censura y el control patriarcal dentro de la Iglesia. Fue silenciada por escribir y pensar libremente.
Su poema “Hombres necios que acusáis” denuncia la hipocresía y la doble moral masculina. Una de las primeras denuncias literarias contra la desigualdad de género.
“¿Cuál es más de culpar, aunque cualquiera mal haga: la que peca por la paga o el que paga por pecar?”

3. Sylvia Plath: el dolor hecho palabra
La estadounidense Sylvia Plath (1932–1963) convirtió su sufrimiento en una de las obras más intensas del siglo XX.
Su novela La campana de cristal y sus poemas retratan la opresión, la depresión y el peso de las expectativas sociales sobre las mujeres.
Su relación con el poeta Ted Hughes estuvo marcada por el abuso emocional y el abandono. Aun así, de su dolor nació una voz única, capaz de desnudar el alma con crudeza y belleza.
En su novela “La campana de cristal” explora la depresión, la presión social sobre las mujeres y la sensación de encierro.
“Quería vivir, sentir todo lo que había que sentir. Y, sin embargo, la vida me resultaba insoportable.”
4. Alfonsina Storni: la rebeldía desde el verso
Poeta, maestra y madre soltera, Alfonsina Storni (1892–1938) vivió en una época que castigaba la independencia femenina.
Vivió machismo y desigualdad como madre soltera y mujer artista en el siglo XX. Sus versos denunciaron el machismo y la hipocresía de una sociedad
que exigía pureza a las mujeres mientras celebraba la libertad masculina.
En poemas como “Tú me quieres blanca” o “Hombre pequeñito”, critica el doble estándar moral.
“Tú me quieres alba, tú me quieres casta, tú me quieres pura…
¡Tú que hubiste todas las copas en tu mano!”
Ellas escribieron desde la herida, pero también desde la esperanza. Cada una, con su estilo y su época, rompió el silencio y abrió caminos para las mujeres que vendrían después.
Hoy, leer a Woolf, Sor Juana, Plath, Storni es un acto de memoria y justicia. Porque sus palabras nos recuerdan que la violencia tiene muchas formas, pero el silencio es la más peligrosa.
Que la lectura sea, entonces, nuestro refugio y nuestra trinchera.
Porque, como ellas, sabemos que la palabra también puede ser una forma de amor y de lucha.

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